¡El ajo, que fuerte pero que sano!
Ayer estaba hablando con unos amigos y salió el tema del ajo. Yo soy un poco rara y me ha gustado el ajo desde pequeña. Mis hijos me dicen que apesto a ajo, ya que me lo tomo con una rebanada de pan y aceite de oliva todos los días para desayunar. Mi madre hacia una salsa para acompañar el típico filete de carne con ajo, perejil, vino blanco y vinagre. La cocinaba en la sartén después de haber frito los filetes. Me gustaba tanto que me atiborraba y cuando iba al colegio por la tarde, apestaba a ajo.
Lo bueno es que se ha descubierto que el ajo, tiene muchas propiedades para nuestra salud. Una de ellas sería su poder antiséptico. Es uno de los mejores antibióticos naturales ya que no solo fortalece el sistema inmune, sino que además combate algunos microorganismos debido a su composición rica en azufre. También favorece la circulación de la sangre. Esto esta verificado por un amigo mío que es hematologo y me contaba ayer que realizaron hace unos años un estudio con pastillas de ajo y sus efectos en la circulación sanguínea. Descubrieron que el ajo disminuía el depósito de las plaquetas en las arterias y por lo tanto la formación de placas de ateroma que son las precursoras de la arteriosclerosis. Además parece que es beneficiosa para la piel, a mi marido se le curo un eczema cuando era pequeño comiendo ajos, y tiene vitaminas A, B1, B2 y C.
Para que haga mas efecto, es mejor comerlo crudo pero también funciona cuando se utiliza en guisos y si os resulta muy fuerte su sabor, podéis sencillamente darle unas vueltas en la sartén con un poco de aceite y ponerlo sobre una pequeña rodaja de pan integral. Si aun así no os gusta, podéis tomar las pastillas aunque yo personalmente pienso que tiene mas efecto si es natural.
No se si habéis oído hablar del ajo negro. Este ajo fermentado, de ahí su color, parece que tiene todas las propiedades del ajo común potenciadas. Además su sabor es diferente, no pica y tiene como un deje dulzón.
Así que ya sabéis, no os olvidéis de este ingrediente tan común en nuestra cocina y a la vez tan saludable. Y si estáis preocupados por el olor a ajo en el aliento, solo tenéis que masticar unas hojas frescas de perejil o de menta después de tomarlo y este desaparecerá.
Lo bueno es que se ha descubierto que el ajo, tiene muchas propiedades para nuestra salud. Una de ellas sería su poder antiséptico. Es uno de los mejores antibióticos naturales ya que no solo fortalece el sistema inmune, sino que además combate algunos microorganismos debido a su composición rica en azufre. También favorece la circulación de la sangre. Esto esta verificado por un amigo mío que es hematologo y me contaba ayer que realizaron hace unos años un estudio con pastillas de ajo y sus efectos en la circulación sanguínea. Descubrieron que el ajo disminuía el depósito de las plaquetas en las arterias y por lo tanto la formación de placas de ateroma que son las precursoras de la arteriosclerosis. Además parece que es beneficiosa para la piel, a mi marido se le curo un eczema cuando era pequeño comiendo ajos, y tiene vitaminas A, B1, B2 y C.
Para que haga mas efecto, es mejor comerlo crudo pero también funciona cuando se utiliza en guisos y si os resulta muy fuerte su sabor, podéis sencillamente darle unas vueltas en la sartén con un poco de aceite y ponerlo sobre una pequeña rodaja de pan integral. Si aun así no os gusta, podéis tomar las pastillas aunque yo personalmente pienso que tiene mas efecto si es natural.
No se si habéis oído hablar del ajo negro. Este ajo fermentado, de ahí su color, parece que tiene todas las propiedades del ajo común potenciadas. Además su sabor es diferente, no pica y tiene como un deje dulzón.
Así que ya sabéis, no os olvidéis de este ingrediente tan común en nuestra cocina y a la vez tan saludable. Y si estáis preocupados por el olor a ajo en el aliento, solo tenéis que masticar unas hojas frescas de perejil o de menta después de tomarlo y este desaparecerá.
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